Colombia: Programa “Chiribiquete”

¿Qué es el Programa Chiribiquete?

Colombia hace parte de los cinco países con mayor biodiversidad a nivel mundial,
considerándosele por esto como “megadiversa”. Gran parte de esta biodiversidad está ubicada
en la Amazonía Colombiana, la cual es amenazada por la deforestación, y que tiene sus tasas
más altas en el departamento amazónico del Caquetá, ubicado en el sur del país. Este
departamento tiene una economía poco diversificada, que depende de la ganadería en su mayor
parte. Debido a las grandes áreas requeridas para el ganado, la ganadería es uno de los
principales motores de deforestación en Caquetá. Este frente de deforestación se acerca cada
vez más al Parque Nacional Natural Chiribiquete de 2,8 millones de hectáreas que no solo es el
más grande de Colombia, sino uno de los parques nacionales terrestres más grandes del mundo.
El objetivo del Programa Chiribiquete, financiado por el Ministerio de Medioambiente BMUB,
es brindar apoyo a la agencia estatal de Parques Nacionales Naturales en el desarrollo e
implementación de mecanismos de protección efectivos del Parque Chiribiquete. Para
encontrar formas de frenar la deforestación por ganadería, el Programa ha venido
implementando en nueve fincas piloto prácticas de ganadería sostenible.

¿Cómo se trabaja en las fincas piloto?

Para establecer unidades experimentales que puedan ser monitoreados, GIZ seleccionó nueve
fincas pilotos en el Departamento del Caquetá. En ellas, se implementan prácticas de
producción ganadera sostenible que, por un lado, ayudan a frenar la deforestación, por el otro,
mejoran los indicadores de bienestar en la finca: social, económico, ecológico. La intervención
constituye una estrategia participativa de implementación de unas acciones direccionadas en
el marco de un plan predial elaborado junto con los finqueros, por tanto no hay nada impuesto.
Estas prácticas de ganadería sostenible deben mostrar un camino de cómo la ganadería puede
Vista aérea del Parque Nacional Chiribiquete
aumentar el rendimiento por hectárea (más vacas, más leche, más carne) y así ayudar a frenar
la deforestación ya que no se transformaría más bosque en pastura.

¿Cómo surge la iniciativa de un enfoque de género en las fincas piloto del Programa?

El entorno social ganadero en el Caquetá es tradicionalmente masculino. Aunque en todas las
fincas ganaderas del departamento viven familias enteras, son los hombres quienes
generalmente toman las decisiones sobre las fincas y su economía. Lo anterior no solo
representa una fuente de desigualdad para las mujeres (aunque de repente no reconocido por
ellas mismas) que cimenta su posición desventajosa en el tejido social y económico, sino
también significa que las fincas no aprovechan todo el potencial de sus trabajadores y
trabajadoras. Del mismo modo, se advierte como fuente de desigualdad el no reconocimiento
de la participación de las mujeres en los sistemas productivos, únicamente en roles
reproductivos y tareas de cuidado. Sin embargo, las mujeres juegan un papel importante en los
sistemas productivos ganaderos que puede ser aprovechado en beneficio, tanto de las fincas,
como para la superación de desigualdades.

La Estrategia en Construcción

La estrategia adoptada por el Programa Chiribiquete para un enfoque de género, fue realizar
un análisis de género a nivel micro, dirigido “a los grupos destinatarios de las medidas y a las
diferencias específicas de género en los indicadores socioeconómicos”1. El objetivo principal de
este análisis fue diagnosticar las relaciones de género en el sistema productivo de las fincas. Los
métodos utilizados fueron el análisis de planes prediales iniciales y entrevistas realizadas
durante visitas de campo, a partir de lo cual se reconoció que las principales tareas realizadas
por las mujeres tenían relación con la atención y mantenimiento de la vivienda (barrer, trapear,
lavado de la ropa, etc.), y el cuidado de la familia (cuidado hijos, ancianos, preparación
alimentos, etc.). En cambio, los hombres son los principales responsables de las actividades
que suponen una remuneración (proceso del ordeño, crianza de los animales de levante y de
ordeño). Sin embargo, este primer acercamiento a las relaciones de género en las fincas también
evidenció que algunas de la actividades tanto productivas y reproductivas eran compartidas
por todos los miembros de la familia.

¿Cuál es la dificultad de implementar una estrategia de género en fincas ganaderas?

En el trabajo cercano con las familias campesinas, el Programa identificó que las mujeres, si
bien tienen un rol eminentemente reproductivo, también tienen incidencia en la toma de
decisiones referentes a las actividades productivas de la finca, aunque de manera directa no sea
tan clara su participación. Es por ello, que plantearse la implementación de una estrategia de
género en fincas ganaderas, en las cuales tradicionalmente predomina el trabajo masculino, por
ser una actividad teóricamente de fuerza, parecería una utopía. Pero la realización por las
mujeres de actividades como el lavado de las canecas de la leche, que determinan la calidad y
el precio final que reciben por el producto; las mujeres usualmente siempre se quedan en casa,

por lo que ellas se encargan de recibir y guardar el “vale” de los litros de leche producidos cada
día que es lo que permite al ganadero saber cuánto se produjo en la quincena; ella es quien toma
la nota del medicamento que se le ha aplicado a algún animal para determinada enfermedad.
De igual forma la mujer es quien lleva las cuentas y los acuerdos al hombre, pues el decir
masculino es frecuente: “anote, mija3, porque a mí se me olvida”. Tradicionalmente el hombre
del hogar al llegar a casa siempre está cansado, asoleado y un poco sucio por su trabajo, por
esto los documentos usualmente son manejados por ellas. Estos son solo algunos ejemplos que
han permitido entender el papel tan importante que juega la mujer en este sistema productivo,
que podría optimizarse aún más y asegurar el éxito de las prácticas sostenibles.

¿Cuál es la estrategia del Programa para implementar un enfoque de género en las fincas?

El Programa decidió implementar un enfoque de género enmarcado en una medida de mejora
de productividad de las fincas. Lo anterior se planteó teniendo en cuenta el contexto en el que
trabaja el proyecto, en el cual el concepto de género podría generar resistencia por parte de los
hombres del grupo destinatario. Es cierto – cuando se fomenta el potencial de cada colaborador
– o en este caso: colaboradora – más se beneficia la finca. Si por costumbre o tradición los
hombres siempre realizan cierta labor y las mujeres otras, pocas veces se cuestionan esta
división de tareas. Una de las consecuencias de lo anterior es que su potencial muchas veces es
desperdiciado (ideas, fuerza laboral, creatividad, capital social etc.). Es aquí que el Programa
decidió actuar, proponiendo dos objetivos: 1) sabiendo que el rol típico y tradicional de las
mujeres en las fincas no se reduce a las tareas reproductivas, se busca promover el potencial de
estas otras tareas. 2) El Programa también apuesta porque el aumento de la participación y el
poder de las mujeres en las actividades productivas de las fincas, repercuta en su posición
dentro de la estructura social, volviendo imprescindible su participación – dentro de la finca y
de la estructura familiar. A largo plazo se busca una transformación de las relaciones desiguales
entre hombres y mujeres, y que éstas últimas tengan una participación igualitaria en la vida
económica, política, social y cultural de la sociedad.

¿Qué relación tienen los registros de producción en la finca con género?

El Programa identificó aquellas tareas en las fincas que son importantes para su economía pero
no son suficientemente realizadas: ¿Cuáles de las tareas que necesitan fortalecimiento podrían
asumir las mujeres? ¿Y si las asumen – servirían estas tareas para aumentar el perfil, el poder
de decisión y económico de las mujeres? Se identificó que una de las tareas más importantes
pero más débil en su ejecución en las fincas es el seguimiento de la producción a través de
registros de datos como el censo ganadero del predio, tasas de natalidad y mortalidad, entre
otras. A partir de esto, y del reconocimiento de la participación de algunas mujeres en las
actividades productivas, el Programa planteó la vinculación de las mujeres en la toma de
registros. Lo anterior, parte de la idea de que el manejo de esta tarea de vital importancia esté
a cargo de las mujeres interesadas, repercutirá no solo en el aumento de la productividad de las

fincas, sino que también democratizará los roles de género y ampliará las capacidad de las
mujeres de tomar decisiones económicas.

Primeros pasos e impactos
¿Qué impactos quiere lograr el Programa con la estrategia de género en las fincas
pilotos?

A nivel de enfoque de género el Programa busca aumentar la producción a través del
empoderamiento de las mujeres en las fincas. Al implementar una estrategia que no alude
directamente al fortalecimiento de género, sino que se enfoca más bien en mejorar la
productividad, los impactos esperados tienen una perspectiva de largo plazo. Las
transformaciones sociales relacionadas no podrán darse en un corto plazo. El objetivo general
es poder contar en un futuro con mujeres conscientes de su rol, con sus funciones laborales
ampliadas y aceptadas como agentes económicos dentro de la sociedad.

Creación de grupo líder de mujeres para multiplicar y replicar las medidas

La primera aproximación fue conocer la experiencia de la ganadería San Nicolás, una de las
fincas pilotos que está certificada en Buenas Prácticas Ganaderas. Allí, dos mujeres (la Señora
Cristina Sánchez, en apoyo con Nelcy Guaca) son las
encargadas de tomar cada uno de los registros de la finca, a
partir de cuyo análisis ella y su esposo constantemente
redireccionan actividades. El Programa hizo un recorrido
para ver cómo se desarrollaban los registros y quiénes eran
los responsables en los otros predios y encontró que en las
Unidades Productivas Encargadas esta tarea la realizan los
médicos veterinarios o los pasantes, pero en la Unidades
Productivas Campesinas, a su manera poco tecnológica, con
su tradicional cuaderno de apuntes, o en las paredes, son
llevados por las esposas o los hijos mayores de los ganaderos. Junto con las mujeres líderes del
ejercicio, en este momento, el Programa está adecuando las planillas que llevarán los registros.
El Programa espera que estas familias sean agentes de réplica para otros ganaderos

¿Cuáles son los primeros éxitos y los pasos a seguir?

Cómo primer éxito ya se puede percibir que existe un
reconocimiento de la importancia de los registros entre los
hombres y las mujeres que participaron en los talleres. Más
importante aún, existe el reconocimiento de que la mujer se
identifica con este rol productivo y su compañero lo ve
como algo útil, necesario y que sin ella difícilmente se
podría adelantar por la diversidad de ocupaciones que le
compete a él y que él prioriza.

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