Colombia: Excombatientes, masculinidades, feminidades y la paz – Como producir zapatos o yogures puede cambiar roles de género y apoyar a la reconciliación y a la paz

El contexto
El Centro de Reconciliación de Florencia es una casa que se encuentra en un barrio vulnerable del
municipio de Florencia. Caquetá en uno de los departamentos más afectados por el conflicto armado en
Colombia. El barrio la Ciudadela, donde se encuentra el Centro, está conformado hasta en un 60% por
excombatientes y hasta en un 70% por víctimas del conflicto armado.

En Colombia se han desmovilizado más de 60.000 personas, aproximadamente 84% hombres y 15% mujeres de diferentes grupos armados.2
Más de 7 Millones de personas son registrados como víctimas del conflicto armado.
“Después de 50 años de conflicto armado, tenemos la esperanza de un acuerdo de paz, pero la paz
comienza en los barrios y en las casas y esto sí es una cuestión de género” dice una dinamizadora del
Centro de Reconciliación. El ejemplo del Centro de Reconciliación demuestra cómo las vidas de estos
hombres y mujeres desmovilizados así como las de las víctimas y de la comunidad receptora pueden
cambiar vía la reflexión de aspectos de masculinidades y feminidades que afectan el proceso de
reintegración de mujeres y hombres, promoviendo el desarrollo de relaciones equitativas, asertivas y no
violentas de género. El Centro hace un trabajo impresionante de reconciliación vía una pedagogía de
perdón y de un trabajo de género.

El Programa “Fortalecimiento estructural de la Asistencia a Víctimas y su Integración en el Departamento
de Caquetá en Colombia”, FORTES, ejecutado por la GIZ apoya el Centro de Reconciliación y así ha
entrado en un proceso de aprendizaje conjunto, que evidencia como por medio de estrategias
psicosociales y productivas, se implementan actividades incluyentes y que dejan atrás estigmas de género
muy arraigados en la sociedad, permitiendo combinar temas de paz vía temas de género.

 

Medidas concretas para fomentar la equidad de género

Cursos prácticos – conversar para emprender
Temas como reflexión sobre roles de género, violencia sexual, discriminación, el vínculo entre
masculinidades militarizadas y los retos de reintegrarse en un hogar en paz son temas sensibles. Por
consecuencia, la estrategia del Centro es ofrecer una actividad concreta y práctica, como la producción de
marroquinería y de lácteos entre otros, con el fin de así entrar en la conversación sobre temas más
profundos como derechos humanos, derechos de la mujer y la reintegración de excombatientes en la vida
civil. Como menciona Aifa, Directora del Centro de Reconciliación “Para trabajar la reintegración de
mujeres y hombres excombatientes y para hacer posible encuentros entre víctima y victimario necesitamos
comenzar con algo más practico – para esto comenzamos con la producción de zapatos y lácteos como fue
esto lo que quería hacer los y las participantes”. Durante la producción se tiene tiempo para conversar con
los y las dinamizadoras y también entre los y las zapateros/as participantes, reintegrados/as y víctimas.
Así se encuentran víctima y victimario/a y comunidad de acogida en un mismo lugar. A través de una
actividad en conjunto y concreta que también da un ingreso adicional a los participantes, se abre
entonces el camino de tocar temas más importantes como comprender su rol en el conflicto, el perdón, la
reconciliación y como no repetir el conflicto armado en sus casas, contra la mujer o los hijos por ejemplo.
Esta línea de trabajo del centro se llama “Conversar para emprender” y promueve el emprendimiento
productivo, integrándolo a prácticas reflexivas de la realidad de cada uno y cada una. “Se siente mucha
felicidad y sensación de logro de conocer, entender y perdonar con quienes nos causaron tanto dolor” dice
Luz, una víctima. Producir o aprender algo conjuntamente también empodera al grupo y al individuo. La
misma metodología se utiliza en otras clases prácticas ofrecidas por el Centro.
Maria Magdalena: madre cabeza de hogar de 7 hijos, tiene 34 años. Víctima del conflicto por
desplazamiento forzado de Putumayo y por reclutamiento de su hija menor de edad (12 años). Participó
en curso de lácteos, cárnicos y bolsos. Maria manifiesta que “el centro se ha convertido en un espacio de
sanación personal, de confianza y lo quiero mucho (…). Siento que el centro es (…) la casa que quiero tener
siempre para mi vida, donde me acogen y dónde me siento segura. Para mí el CR ha sido un gestor de
felicidad, porque me han generado comprensión, cambio de pensamiento y actitud frente a la vida, ya no
siento odio y rencor sino deseos de salir adelante y trabajar. En el centro aprendí a tejer y esta actividad
me ha servido para sustento de mi familia. De igual forma mis hijos que han participado (…), han
cambiado su comportamiento, ya no son agresivos, ni groseros, que ahora se puede hablar con ellos.”
Otra voz llega de Rodriguez un desmovilizado del frente 49 de las FARC, afrodescendiente, 40 años, de los
cuales estuvo 13 con las FARC. Rodriguez participó en un curso de marroquinería. Manifiesta Rodriguez
que “para mí es un gran privilegio haber podido asistir y participar en las escuelas de Perdón y
Reconciliación, porque me he podido dar cuenta que podía ser útil y de esa forma reparar el daño que hice

a la sociedad; de igual forma encontré paz conmigo mismo. Antes me sentía muy solo y aburrido porque
no tenía con quien hablar y no sabía qué hacer. Pero en el CR aprendió a hacer zapatillas y encontré
personas amables y sencillas para compartir.”
Les centros de escucha
Un próximo paso después de conocerse mejor durante la producción de los zapatos es la integración en
los “centro de escucha”, unos encuentros, donde con el apoyo de una psicóloga se realiza un trabajo
psicosocial entre víctima y victimario. Este “centro de escucha” fortalece y brinda herramientas a las
personas para reconocer y atender las necesidades de descarga emocional, que fortalecen sus relaciones
interpersonales, familiares y comunitarias. Es importante invitar e ir a visitar también todos los miembros
de una casa. “Ir a las casas es muy importante para promover una cultura de dialogo y de paz e incluir los
niños, niñas, mujeres y hombres de cada hogar”. Eso es muy relevante en Florencia, un municipio con una
de las mayores tasas de feminicidios del país. Actualmente 100 hogares que representan 500 personas en
Florencia asumen la iniciativa “mi hogar es un Centro de Reconciliación” lo que significa que en su hogar
se desarrolla una cotidianidad basada en la cultura política de la equidad de género, del perdón y de la
reconciliación.

Participación política y liderazgo
Otro tema de intervención del Centro son los roles de género que cambiaron durante el conflicto. En los
hogares con hombres combatientes, ellos fueron ausentes mucho tiempo y las mujeres comenzaron a
asumir roles que antes siempre los asumieron los hombres, como estar activas en la política pública. Hoy
en día, en las llamadas “mesas de víctimas” municipales y departamentales – espacio de política pública
creada por la ley de víctimas y restitución de tierras 1448 – se ve una representación mayor de mujeres
que trabajan para la incidencia política en temas desde infraestructura, la economía local, como también
política social del territorio. “El Centro de Reconciliación es muy valioso para la comunidad (…) me ha
ayudado a fortalecer mi liderazgo con otras víctimas” dice une mujer-líder del barrio.
El Centro de Reconciliación ha venido funcionando desde abril de 2014 en Florencia. Desde entonces se
ha logrado promover ejercicios culturales de perdón y reconciliación con la participación de 2300
personas hasta ahora: 205 reintegrados/as, 1250 víctimas del conflicto armado como 845 personas de la
comunidad acogida.

Género como característica de calidad de nuestro trabajo y seguimiento basado en resultados
Con el trabajo en una buena práctica “Excombatientes, masculinidades, feminidades y la paz – Como
producir zapatos y yogures puede cambiar roles de género y apoyar la reconciliación y la paz” y la
divulgación de la anterior a través de su comité de conducción y diferentes espacios de coordinación con
contrapartes y cooperantes, el programa FORTES busca no sólo ampliar el impacto de esto proyecto piloto
y apoyar la réplica en otros departamentos a través de otros cooperantes y entidades estatales, sino
también la incidencia/consideración/toma en cuenta de la experiencia en la política pública al nivel
nacional (en entidades como la Unidad de Victimas y la Agencia Colombiana para la Reintegración).
Asumiendo este rol de facilitador y de promotor, FORTES se apoya en la imagen y el reconocimiento de la
empresa y demuestra que la consideración de la perspectiva de género es una característica de calidad de
nuestro trabajo. El Centro de Reconciliación como FORTES tienen un sistema de M&E que recopila los
resultados de sus actividades en materia de equidad de género. Este sistema levanta y sistematiza

información sensible al género cuantitativamente, diferenciado por sexos y cualitativamente al respecto
al género (situación, condición, necesidades, potencialidades etc.).

La cooperación con instituciones nacionales y de la cooperación internacional para fomentar la equidad
de género

También se logró la articulación de acciones con 17 instituciones a nivel local, gubernamentales, nogubernamentales, internacionales y del territorio: el Servicio Nacional de Aprendizaje ofrece cursos
técnicos y formación complementaria en las instalaciones del Centro, la Agencia Nacional para la
superación de la pobreza extrema y el Departamento de Prosperidad Social del estado colombiano hacen
actividades de mujeres ahorradoras y promueven el programa de más familias en acción y jóvenes en
acción. Organizaciones como OIM, USAID y la Diócesis de Florencia aportan con recursos y abren sus
redes de contactos con el Centro, con el ICBF se trabajan temas de prevención de reclutamiento. Con
Corpomanigua temas de género, y se presentan articulaciones con otras Instituciones como ICETEX –
Amusepaz, plataforma de mujeres, ACR, Defensoría del Pueblo, Personería Municipal, Universidad de la
Amazonia, Alcaldía Municipal de Florencia y Gobernación del Caquetá. Buscando la cooperación para el
bien común y la materialización de los derechos humanos y los derechos de la mujer se logró esta
articulación muy amplia. Difícil fue a convencer que la desigualdad de género se tiene que trabajar con
victimario y víctima en conjunto – como esto si queda un tema muy sensible. Pero aplicando los tres
factores de éxito: 1) tener argumentos claros, 2) demostrando con hechos que esto puede ser un camino
vía la reintegración social y la paz en las casas y que 3) juntos/as podemos hacer una diferencia ha
convencido los contrapartes y ha hecho posible esta articulación impresionante.

Equipo presentando: Aifa Lopez del Centro de Reconciliación en conjunto con David Pastrana, Herman
Bernal, Elis Schmeer, Yenny Rivera y Jorge Sanchez de GIZ FORTES.

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