En Centroamérica todavía existen brechas de equidad entre hombres y mujeres, resolver estas diferencias significaría un incremento del 10% del PIB de la región.
Varios indicadores demuestran que persisten desigualdades entre hombres y mujeres, tales como las tasas de participación laboral, los salarios promedio, el acceso a educación técnica, acceso a créditos, niveles de representación, etc..
Las finanzas públicas juegan un rol crucial para transformar estos indicadores y lograr sociedades más fuertes y justas. Mayor igualdad entre hombres y mujeres se puede lograr aplicando políticas tributarias, de presupuesto, de inversión y de crédito público. Cuanto más se empodere económicamente a las mujeres y se eliminen los factores de discriminación, más factible será lograr un mayor desarrollo en los países.